Trovants, las piedras vivas

Trovants es el nombre por el que se conoce en Rumanía a unas piedras que crecen por sí mismas al entrar en contacto con el agua y además se desplazan de un punto a otro. Lejos de ser algo paranormal, se trata de un proceso geológico.

Se localizan en la localidad rumana de Costeti. El significado de trovan es arena cimentada, precisamente lo que son las trovants, formas de arena que surgen de la tierra después de una enorme actividad sísmica, que posiblemente ocurrió hace 6 millones de años.

Al abrirlas se puede ver en su interior unos anillos parecidos a los de los árboles, por ese motivo algunos científicos piensan que puede tratarse de algún tipo de vida inorgánica.

Los trovants aumentan su tamaño cuando les toca el agua, algunas de estas piedras de menos de un centímetro pueden llegar a alcanzar hasta 10 metros.

Tras una lluvia importante, se forman piedras más pequeñas sobre las más grandes, por eso son llamadas piedras de crecimiento.

También se ha dicho que respiran pues con equipos de medición muy sensibles se puede captar como un pulso, aunque entre uno y otro puede que transcurran días o semanas.

Tanto en Rumanía como en Rusia se creía que las trovants tenían poderes mágicos y si se las tocaba se podría captar su energía y fuerza.

Estas piedras vivas se convirtieron en una atracción turística muy popular en Rumanía y los rumanos crearon un museo localizado en la región de Valcea, abierto en el año 2006 y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.