LA SED DE LO INFINITO
No se pueden llenar vacíos con lo que no pertenece allí.No se puede poner forzosamente una pieza que no encaja en el rompecabezas de la vida y pretender que esto nos haga sentir satisfechos.
Cada cosa tiene su lugar. Y ningún vacío emocional podrá jamás ser colmado de algo que no provenga de la misma esencia de nuestro ser.
El corazón del hombre es de una profundidad de mil mundos. Somos más vastos que el universo mismo. Y sin embargo, andamos por la vida buscando personas y cosas que llenen esa profundidad para sentirnos un poquito más completos.
Pero nada nos basta. Y esto es muy simple. No nos basta porque estamos buscando donde no hay.
Solo porque no hay luz en la habitación, porque andamos en tinieblas, porque vemos borroso a través de un lente, porque somos miopes espirituales y en la búsqueda desesperada de sentidos agarramos cualquier cosa que este a mano, con tal de asirnos de algo que nos dé un poco de consuelo para este vacío existencial.
Somos inquietos, inestables y ruidosos. No podemos estar en silencio, y nada podremos encontrar en el mundo. Nada.
Todo ese movimiento es en vano. Todos los grandes acontecimientos de gente y amigos, de festejos, de desfile de personas que entran y salen, de objetos del mundo material, por más bellos que sean, todo es vano.
Son solamente felicidades temporales que no podrán jamás hacer feliz realmente y en la profundidad del ser, a nadie. Revestidos de una personalidad con un gran ego y sentido del "YO", con una profunda necesidad de ser aceptados y miedo de no serlo, sin saber realmente quienes somos, eternos buscadores de respuestas..
Buscadores del infinito
Un pozo infinito solo un infinito puede llenar. Creemos que esto es inalcanzable. Por eso nos sentimos solos.Pensamos que no podremos nunca tener esa intimidad con lo absoluto, tan necesaria para que el corazón y la mente estén balanceados y en paz.
Pero es mucho más sencillo de lo que parece. La palabra clave es "Entrega"
Dejar de luchar contra fuerzas imposibles de vencer como por ejemplo tratando de cambiar las circunstancias o a los otros.
Acallar las voces internas de las cosas que ya no tienen remedio porque están en el pasado y tú ya no vives allí.
Dejar de lado esa máscara social que te pesa tanto y que no te sirve porque no te edifica ni es verdadera y solo en lo verdadero reside la felicidad genuina. Allí en la transparencia del ser, tal como fuiste creado, sin nada que agregar ni que quitar, porque lo que tienes es lo que necesitas y "nada más", para cumplir con tu propósito en esta tierra.
Lo demás es innecesario. Un bagaje inútil, pesado y que solo te distrae, te dispersa. Haz silencio. Cada noche regresa un poquito más a ti. El proceso evolutivo es paso a paso, ten paciencia.
Cuando menos te des cuenta todo será natural y fresco. Cuando menos lo esperes se abrirá la puerta y entraras a la casa sagrada de tu ser interior, donde todo es presencia y donde todo es amor.
