En la Biblia el número 6 es calificado como imperfecto y representa el mal absoluto. También en el judaísmo y en el Islam, además de en el cristianismo, está vinculado al mal.
En el libro del Apocalipsis de la Biblia se asocia la marca de la Bestia al 666. Este número se vincula con Satanás y el Anticristo. En el capítulo 13 se puede leer el siguiente texto:
“Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, porque es número de hombre, y su número es seiscientos sesenta y seis”.
Isidoro Mazzarolo y Leomar Brustoli, teólogos, ayudan a aclarar el significado de dicho número en el texto.
Por una parte, el texto bíblico apunta que el número 666 es el número de un hombre, y según Brustolin, el autor estaría haciendo referencia a César Nerón, uno de los emperadores de Roma que más persiguió a los cristianos. Debido a este motivo, los seguidores del cristianismo comenzaron a llamarle el emperador de “la bestia”, pues era extremadamente cruel, tirano e intolerante. Para evitar la represión por afrontar a Nerón, optaron por utilizar algo así como un código para referirse a él. Los fieles asociaron las letras hebreas que formaban el nombre del emperador con números. Según Brustolin el nombre del emperador en el alfabeto hebreo queda reducido a esos tres números. Por su parte, Mazzarolo indica que el Apocalipsis quiso relacionar con ese número no sólo a Nerón sino a cualquier otro emperador déspota y malvado.
En el cristianismo existe una simbología que otorga significados a los números. Brustolin expone que se cita varias veces al 6 como número imperfecto y al estar reiterado tres veces indica la plenitud de su significado.
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