Una de las tareas esenciales para realizar cualquier tarea espiritual o rito mágico es la capacidad de entrar en trance. El trance es algo más que meramente tener la cabeza en blanco, la capacidad de llevar la mente a otros estados de la consciencia, en donde la realidad puede ser contemplada de otra manera.
No se trata de algo sencillo, pues es toda una tarea que demanda esfuerzo y concentración, pues su idea es la de concentrar todas las capacidades del cerebro en una tarea, la de salir del propio cuerpo, de las propias preocupaciones, ascenderás a un objetivo superior, trascender la realidad y alejarte de ella.
El primer paso para un trance es la respiración, ella es nuestro nexo continuo con el mundo. Respira y se consciente de tu respiración, y habrás entendido al mundo, la forma en que llena tus pulmones, en que sale de ti mismo para habitarlo.
Con este fin, respira hondo, renten el aire, cuenta hasta cinco y exhala, vuelve a hacerlo por intervalos de cinco minutos. Repite, y en la tercera ronda comienza a escuchar tu respiración, la forma en que el aire entra y sale de ti. Escucha al aire y a tu cuerpo al asimilarlo.
Entonces, siente el aire, siente su textura e intenta visualizarlo como algo transparente, sin forma, pero vasto, enorme, bueno, que te nutre… Observa ese manto de invisible bondad que llena al mundo, y estarás en trance.
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