CURIOSIDADES SOBRE LOS GATOS QUE NO SABÍAS

7 vidas, en realidad los gatos solo tienen una, su origen se remonta al Antiguo Egipto. Pensaban que los gatos eran seres mágicos capaces de reencarnarse. Creían que a la séptima reencarnación el animal lo hacía en forma de ser humano.

Arañan por una razón: afilarse las uñas, tienen esa necesidad al ser cazadores y también es algo que les relaja mucho.

Su color de pelo va asociado al sexo. Las hembras tienes 2 cromosomas X y los machos uno X y uno Y. Como los machos solo tienen un cromosoma X solo pueden ser de un color o combinar solos 2 tonalidades. Las gatas, al tener dos, pueden ser de tres colores.

Tenemos la superstición de que los gatos de color negro dan mala suerte, excepto en algunos países que son asociados a la buena suerte.

Se lavan después de comer, es un instinto de supervivencia. Lo hacen para evitar que los depredadores huelan la comida y les ataquen.

Maúllan para comunicarse con los humanos.

Les encanta meterse en sitios cerrados como en cajas, bolsas, debajo de las mantas… Y lo hacen por medida de protección o cuándo están estresados o simplemente porque les gusta estos sitios.

Para los egipcios eran animales sagrados, si alguien les hacía daño eran castigados por ello con la muerte.

Son uno de los mejores depredadores a la hora de cazar ratas.

Un gato blanco con ojos azules normalmente suele ser sordo, pero si es blanco y solo tiene un ojo azul será sordo del oído situado en ese lado.

No solo ronronean cuando están a gusto también lo hacen cuando están enfermos o asustados para tranquilizarse a sí mismos.

Tienen 19 millones de terminaciones nerviosas en sus fosas nasales, los humanos solo poseemos de 5.

Nunca hay 2 gatos con un mismo hocico son huellas de identidad.

Sus bigotes les ayudan a medir la distancia que tienen entre los objetos y así poder orientarse.

Son capaces de dormir unas 16 horas al día.

En cada oreja tienen 32 músculos que les permite moverlas hasta 180º.

No se frotan con personas y objetos para mostrar amor si no para marcar territorio y decir ‘esto es mío’.

Se sienten incómodos por una razón bastante lógica: desde el principio de los tiempos, los gatos han vivido en zonas desérticas alejadas de grandes superficies de agua, por eso nunca han tenido que adaptarse a ella ni se vieron en la necesidad de aprender a nadar.

Además tardan bastante en secarse, lo que les produce incomodidad. No tienen miedo al agua en sí, pues de hecho a los gatos les suele fascinar ver cómo se abren los grifos. Sienten respeto por sumergirse o bañarse en ella.

Su lengua tiene pequeños ganchos que les ayuda a desgarrar los alimentos.

No detectan los sabores dulces por sus escasas papilas gustativas.