jueves, 9 de noviembre de 2017

EL ANILLO ATLANTE



Fue encontrado en 1860, en el Valle de los Reyes en Egipto en las excavaciones realizadas por el Marquis D’Agrain (egiptólogo). Esta pieza arqueológica de miles de años de edad fue remitida a Howard Carter, quien la tuvo consigo hasta su muerte en 1939.
En 1922 la popularidad del anillo aumentó. Howard Carter y Lord Carnarvon habían estado realizando unas excavaciones a lo largo de más de 7 años. El 25 de noviembre de ese año, dieron con el acceso a una tumba sellada con la siguiente inscripción:
“Las alas de la muerte tocarán a aquel que viole el eterno descanso del faraón”
Haciendo caso omiso de la advertencia los dos hombres entraron en la cámara de Tutankamon, hijo del dios del sol y señor de ambos mundos.
Hicieron uno de los mayores hallazgos arqueológicos de la historia moderna, descubrieron un ataúd de oro macizo, el trono real también estaba cubierto de oro, se desenterraron múltiples estatuas y joyas, así como objetos personales del faraón de valor incalculable.

Howard Carter, portador del anillo atlante
El anillo atlante contiene un poderoso símbolo de protección.
En total 18 personas sucumbieron en los días y meses después del descubrimiento y al parecer
otras muertes extrañas se añaden a la lista pero Howard Carter sobrevivió a la maldición, siendo él el principal responsable del glorioso hallazgo. Él murió 17 años más tarde a la edad de 66 años.
En el transcurso de esos 17 años, cuando le hacían preguntas respecto a cómo sobrevivió a la maldición, él contestaba: “Yo poseo un talismán que me protege”, pero no dijo nada más acerca de su amuleto. Fue en 1940, después de su muerte, al realizar un estudio de sus documentos personales, cuando apareció un documento en el cual aparecía  mencionado el talismán que siempre llevaba puesto, era el “Anillo Atlante”.

El anillo pasó a ser propiedad del radiestesista francés André de Bélizal, quien lo estudió y fue protegido por él a lo largo de su vida. Con la radiestesia y múltiples experimentaciones, Bélizal encontró que la forma geométrica grabada en el anillo, sus proporciones y su distribución, es lo que le otorgaba facultades especiales, creando una barrera protectora contra energías indeseables. En dicha forma está contenida una onda de forma con un diseño particular, que puede ser grabada como un sello no sólo en un anillo, sino en cualquier otro objeto.

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