Son una memoria universal de la existencia, un espacio
multidimensional dónde se archivan todas las experiencias del alma incluyendo
todos los conocimientos y las experiencias de las vidas pasadas, la vida
presente y las potencialidades futuras. Este sistema energético contiene todas
las potencialidades que el alma posee para su evolución en esta vida y su
verdadera razón de ser, el sentido de la existencia. Existe para el plano
individual, planetario y universal con diferentes frecuencias vibratorias. En Egipto
se conoce como las Tablas de Thoth, en la Biblia como libro de la vida, en el
Islam como Tabla Eterna y los Mayas los denominan el Banco Psi.
El adejtivo akáshico proviene de Akasa, un término existente
en el antiguio idioama sánscritos de la India, que significa éter, espacio o
energía cósmica que penetra en todo el universo y es el peculiar vehículo que
transporta el sonido, la luz, la vida. Ya los Rishis sabían de esta dimensión
fundamental oculta que abarca todos los otros elementos, el prithivi (la
tierra), el (el agua) , el vata (el aire) y el agni (el fuego). Este Akasha
contiene todos los elementos dentro de sí mismo y al mismo tiempo se halla
fuera de estos sin limitaciones del tiempo y espacio. Es una matriz cósmica
inobservable y omnipresente, el trasfondo sútil desde el cual surgen todas las
formas inclusive nosotros mismos. El yogui Paramahansa Yogananda aclara: El
Akasha subyace bajo todas las cosas y se convierte en todas las cosas, está
oculta y tan solo se puede observar cuando se convierte en las cosas que vemos.
Es la realidad fundamental del mundo.
Hoy en día hasta la ciencia empieza a ver las
interrelaciones entre la forma y no forma, concibiendo esta realidad del nuevo
paradigma akáshico.
El Akasha nos abre los ojos a la dimensión profunda más allá
de las cosas, el tiempo y el espacio, nos aproxima a la comprensión de la
naturaleza fundamente del mundo y de nosotros mismos. Nos revela que debajo de
la superficie de las apariencias hay un mundo interconectado, en el cual todas
las cosas se encuentran inmersos en un entremado, se crean así mismas a trés de
sus conexiones cósmicas crean a todas las cosas. Nos hace consciente que
realmente somos uno, nosotros, los seres humanos, el mundo, el universo, que el
macrocosmos está en el microcosmos, y que nuestra acción le afecta al todo. Nos
recuerda del poder creador que llevamos dentro, de las responsabilidades y las
infinitas posibilidades.
A su vez nos puede acercar a la manifestación de nuestro
potencial completo, sacar todas nuestras dudas, contestar todas nuestras
preguntas. Nos podemos conectar con los Resgistros Akáshicos a través de
nuestro Ser Superior y Guías Espirituales y revelar las respuestas a las
preguntas más profundas del alma: ¿Para qué he venido?, ¿Cuál es mi aporte único
e irrepetuble?, ¿Por qué y para qué me pasa lo que me pasa?
No hay ninguna pregunta que no encuentre respuesta en los
Registros Akáshicos, la maravilla de los registros no reside únicamente en ser
la fuente de una inmensa cantidad de información, sino en su potencial para
sanarnos, para activar nuestra Maestría Personal y el ADN, en otras palabras,
vivir la vida que estamos llamados a vivir. Estamos directamente conectados con
nuestro Registro a través del ADN, dónde halla todo nuestro potencial latente,
las capacidades multidimensionales ocultas. Hay que aprender a usar estas
potencialidades, como conectarnos con nuestras propias células, como honrar al
cuerpo, que es el templo para nuestro alma y unir mente, emoción, cuerpo y
espíritu. La plenitud, prosperidad y el bienestar los llevamos dentro, solo
hace falta alinearnos con nuestro Ser Superior, nuestra divinidad interna.
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